No es necesario esperar a que aparezcan los dolores para empezar a acudir al kinesiólogo o realizar tratamientos kinesiológicos. De hecho, es muy recomendable desde el comienzo del embarazo empezar a adecuar los hábitos y el estilo de vida a esta nueva condición. A través de la kinesiología podemos prevenir malas posturas que terminen produciendo lesiones. Además, este tipo de tratamientos se anticipan a los calambres, edemas y moratones tan típicos del embarazo.
Mejorar la calidad de vida de la embarazada a través de la kinesiología reducirá el estrés y la ansiedad que se produce en esta etapa. Como resultado, los problemas psicológicos de esta etapa disminuirán también, haciendo el proceso más sencillo.
Evidentemente cuando es más útil la kinesiología es en el momento en el que empiezan a aparecer lesiones o dolores. De hecho, desde que se empiezan a sufrir pequeños padecimientos es recomendable asistir a terapia kinesiológica. Como hemos dicho anteriormente, a lo largo del periodo de gestación se producen cambios significativos en el aparato musculo – esquelético. La kinesiología se encarga de controlarlos y trabajar las posibles lesiones que se puedan producir.
Ante la aparición de lumbalgia, pubalgia o algunas patologías de esta clase, a través de un test muscular y un tratamiento kinesiológico para embarazadas específicamente, se puede establecer una solución y empezar a mejorar la calidad de vida de la mujer. Es importante acudir a un buen kinesiólogo, profesional y especializado en esta materia para empezar obtener resultados positivos.
Hay que tener en cuenta que estos cambios físicos y emocionales no se quedan solo en el periodo de embarazo. Por un lado, la kinesiología ayuda al cuerpo a prepararse para el parto, que supone un esfuerzo para el organismo. Pero, el post parto también conlleva muchas modificaciones en todos los aspectos. El cuerpo necesita volver a recuperar su postura natura y muchos músculos y huesos necesitan rehabilitación. Por no hablar de algunos síntomas psicológicos, como la depresión post parto.
Este periodo de clara recuperación no se puede superar en solitario y también es importante llevar de la mano el ámbito físico y el psicológico. Como conclusión, la kinesiología es una aliada clave para llevar el embarazo de la mejor manera posible.