Estrés y kinesiología ¿Cómo tratarlo?

Estrés y kinesiología ¿Cómo tratarlo?

Hoy en día combatir el estrés ha pasado prácticamente a ser una necesidad. La kinesiología es una herramienta más que valida para lidiar con el estrés.

Nuestro cuerpo se está comunicando continuamente con nosotros y con el mundo exterior, bien sobre las cosas positivas que nos ocurren, pero también sobre aquellas que pesan más sobre el lado negativo. Un buen kinesiólogo, con la kinesiología como vehículo, sabe interpretar las necesidades y problemas del cuerpo para ponerles solución. Este tipo de síntomas pueden ser lesiones o dolencias físicas, o de carácter psicológico como el estrés.

¿Qué es el estrés?

El primer paso es saber qué es el estrés y cómo identificarlo. Hablamos de estrés para referirnos a la reacción de nuestro organismo ante una situación que quizá percibimos que demanda más de nosotros de lo que a priori podemos dar. Algunos de los síntomas y consecuencias es un aumento en la tensión física y psicológica, sentimiento de huida e incluso puede llegar a desembocar en algunas enfermedades.

Cada persona tiene su propio umbral de estrés y les afectan situaciones distintas. El trabajo, problemas económicos, la rutina, las relaciones familiares o de pareja son algunas de las principales fuentes ante las que puede surgir el estrés. Es necesario saber que no todo el estrés es malo, es normal padecerla y en su cierta medida nos ayuda a responder y actuar antes diferentes escenas.

No obstante, si excedemos ciertos niveles de estrés las consecuencias son muy negativas. Una vez se padece se pueden pasar por diferentes etapas, primero la alarma, le sigue un periodo de resistencia y tiende a acabar en el cansancio excesivo. En pocas palabras, el estrés tiene grandes consecuencias físicas y psicológicas.

¿Cómo trata la kinesiología el estrés?

Para comprender la kinesiología debemos entender nuestro cuerpo como un conjunto, en el que el apartado físico y el emocional van unidos. De esta manera, si algo afecta a uno de los dos aspectos se ve repercutido en el otro. Por ejemplo, un estado de enfado, no solo afecta a nuestro ánimo si no que tiene consecuencias físicas también. De igual manera una lesión muscular u ósea nos puede pasar factura anímica y emocionalmente.

Entendiendo este factor así, podemos comprender mejor los factores del estrés. A pesar de que en un principio hablemos de un problema psicológico, los efectos se traspasan con facilidad a las diferentes partes del cuerpo. El estrés no solo puede desembocar en ansiedad o depresión, también responde a la fatiga, dolores musculares e incluso caída del cabello, edemas, urticaria…

De igual manera que los síntomas se manifiestan en el plano físico y psicológico, aplicando soluciones en un aspecto, repercutirá en el otro. Sobre esta teoría, la kinesiología plantea un remedio contra el estrés mediante acciones físicas, ejercicios y masajes. Otro factor por el que la kinesiología es un camino clave para escapa del estrés es su formato de diagnóstico.

Una de las vías más directas para poner fin a situaciones de estrés alto, es tratarlas desde su origen. Mediante el test muscular que marca el inicio de una terapia de kinesiología, se podrá identificar la raíz del problema y desbloquearlo. Solo así, el cerebro almacenará esta información como una experiencia libre de estrés y el bienestar emocional y físico empezará a manifestarse.

Son muchas las alternativas que encontramos dentro de la kinesiología para combatir el estrés. Desde la programación neurolingüística, al reiki o la medicina tradicional china, pasando por masajes o métodos de liberación emocional. Recuerda que solo un profesional en kinesiología puede tratar este tipo de problemas y poner una solución real.

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