La progesterona es una hormona que se fabrica de forma pulsátil durante la fase lútea, es decir, en la segunda mitad del ciclo. Mantiene la capa endometrial y mejora la circulación sanguínea del útero, preparándolo para una fertilización, una implantación y un desarrollo del feto correctos.
El cuerpo lúteo produce y secreta progesterona en la mitad del ciclo, el día 14, por la influencia de la hormona luteinizante (LH) que genera la hipófisis. La progesterona se crea en el cuerpo lúteo, las glándulas suprarrenales, los testículos y el cerebro. Tras la menopausia y la andropausia se fabrica sobre todo en las glándulas suprarrenales.
A partir de la progesterona producimos hormonas masculinas, estrógenos, aldosterona y cortisol, la hormona del estrés. La falta o exceso de progesterona es muy grave.
LAS FUNCIONES DE LA PROGESTERONA
Del mismo modo que ocurría con los estrógenos, la progesterona se activará cuando se una a los receptores del núcleo de la célula. Sus funciones son:
- Reducir la actividad proliferativa de los estrógenos en el endometrio.
- Prevenir las mamas fibroquísticas.
- Prevenir el cáncer de endometrio y el de mama.
- Disminuir el riesgo de sufrir cáncer de próstata.
- Mejorar la reproducción y la fertilidad: la progesterona aumenta la vascularización del endometrio.
- Mejorar la secreción del endometrio para permitir la implantación del embrión.
- Prevenir las contracciones del útero: evita el dolor contráctil en el útero antes de la menstruación, los calambres y el dolor premenstrual. Tiene un efecto relajante en el útero.
- Afectar la calidad del sueño y la respiración: la progesterona mejora los accesos de apnea nocturna e induce el sueño. Algunos estudios han demostrado que las mujeres en edad fértil sufren menos apneas durante la fase lútea del ciclo, cuando cuentan con más progesterona, que en la fase folicular.
- Disminuir la ansiedad: reduce la actividad de la amígdala cerebral en respuesta a los miedos, los dolores y la angustia. Es nuestro ansiolítico natural. También mejora la fabricación de dopamina.
- Regular la sensación de hambre y saciedad.
- Mejorar la memoria: tenemos muchos receptores de la progesterona en el sistema límbico y en el hipotálamo, igual que ocurre con los estrógenos.
- Reducir la actividad de los receptores de los estrógenos.
- Prevenir las jaquecas cíclicas.
- Aumentar la enzima sulfotransferasa de la segunda fase del hígado (SULT).
- Aumentar la actividad de la enzima sulfatasa del intestino.
- Prevenir las enfermedades autoinmunes y la muerte celular por necrosis, induciendo la apoptosis.
- Antiinflamatorias: reduce la sustancia P y la enzima COX-2 precursora de las prostaglandinas E2, que activan la aromatasa. Por consiguiente, frenando la aromatasa, la progesterona nos ayuda a reducir la capacidad endógena para fabricar estrógenos. Se ha observado que en el mecanismo patológico del cáncer de mama hay una sobreexpresión de la COX-2 y de la aromatasa.
- Modular el sistema inmunitario hacia un fenotipo T-helper 2 (TH2), necesario para mantener el embarazo, frenando la acción inmunoestimuladora de los estrógenos.
- Mejorar el tono vascular: la progesterona disminuye la circulación sanguínea periférica y la pérdida de calor. Por este motivo, el cuerpo tiene tendencia a aumentar su temperatura corporal durante la fase lútea del ciclo menstrual.
- Fomentar el uso de las grasas como fuente de energía.
- Favorecer la eliminación de orina: es una hormona diurética natural.
- Facilitar la función de las hormonas tiroideas.
- Ayudar a normalizar el azúcar en sangre.
- Normalizar los coágulos menstruales.
- Mejorar la libido.
- Mejorar la absorción del zinc y el equilibrio entre el zinc y el cobre.
- Favorecer la creación del cortisol, la hormona del estrés.
- Estimular la formación del hueso (osteoblasto).
- Prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Mejorar los problemas digestivos, como el colon irritable, debido a que reduce la cantidad de células de mast y de histamina en el intestino.
Un exceso de progesterona tampoco es positivo, porque puede causar depresión, falta de reflejos, de coordinación o memoria, fatiga y una mayor actividad de las sulfatasas del intestino. Por tanto, resulta vital mantener la progesterona y los estrógenos equilibrados.
PROGESTERONA EN EL EMBARAZO
Fabricamos progesterona durante todo el ciclo menstrual, pero su síntesis aumenta mucho después de la ovulación, se mantiene elevada durante toda la fase lútea gracias al cuerpo lúteo y, si no se produce fecundación, los niveles de progesterona caen, desencadenando el sangrado de la menstruación.
En caso de embarazo, los niveles de progesterona aumentan considerablemente, afectando al desarrollo del endometrio y manteniéndolo intacto durante toda la gestación. El cuerpo lúteo fabrica progesterona durante la fase lútea y, si el óvulo fecundado tiene una correcta implantación, sigue creando progesterona hasta que coge el relevo la placenta, entre las semanas siete y nueve del embarazo.
Desde el inicio de la fase lútea hasta el primer trimestre, concretamente hasta la semana ocho o diez del embarazo, se considera el período ideal para suplementar progesterona, sobre todo en mujeres con un historial de abortos recurrentes.
PROGESTERONA Y MENSTRUACIÓN
Si después de la ovulación los niveles de progesterona aumentan poco o disminuyen bruscamente al cabo de unos días, la menstruación llegará antes del día 25 del ciclo.
Si tienes ciclos cortos y problemas de ansiedad, ahora ya sabes que lo que te conviene no es tomar ansiolíticos naturales o químicos, sino aumentar la progesterona.
OTROS SÍNTOMAS POR FALTA DE PROGESTERONA
Si eres friolera, ya no tendrás que ponerte calcetines gruesos ni abrigarte para dormir, y si retienes líquidos, tampoco tendrás que tomar infusiones de plantas diuréticas de forma indefinida o hacerte masajes para drenar el sistema linfático, solo necesitas aumentar la progesterona.
Si sufres jaquecas, artritis o tiroiditis autoinmune, si tienes problemas de fertilidad y dolores premenstruales, ya sabes que la progesterona es necesaria y debes mantenerla correctamente equilibrada.
DÉFICIT DE PROGESTERONA
La progesterona es una hormona con efectos antiinflamatorios y antiproliferativos. Su función principal es preparar el endometrio para acoger el óvulo fecundado en caso de embarazo, pero también tiene un efecto calmante y relajante, porque estimula el receptor del neurotransmisor GABA.
Ahora bien, ¿cómo saber si problemas de ansiedad, fobias o nerviosismo se deben a la falta de progesterona? Puedes sospechar que tu producción de progesterona no es la adecuada si tienes algunos de los síntomas siguientes:
- Un ciclo menstrual de 24 días o inferior (desde el inicio de una menstruación hasta el inicio de la siguiente).
- Pérdidas de sangre en la fase lútea (entre la ovulación y la menstruación) o en los tres primeros meses de embarazo.
- Temperatura corporal inferior. En condiciones óptimas, la temperatura corporal, tomada por la mañana antes de levantarte, tendría que aumentar entre 0,3 y 0,5 ºC en la segunda mitad del ciclo menstrual (entre la ovulación y la menstruación). ¿Eres friolera?
- Pérdidas de sangre de color parduzco durante tres días o más antes de la menstruación.
- Procesos inflamatorios relacionados con el ciclo menstrual: dolor de regla, dolor de mamas (mastalgia) o dolor lumbar.
- Procesos proliferativos excesivos relacionados con los órganos sexuales: menorragias (sangrado muy abundante), miomas, mamas fibrosas, endometriosis…
- Ansiedad premenstrual, que puede producir insomnio, irritabilidad, bruxismo (rechinamiento de los dientes, sobre todo durante el sueño)… los días entre la ovulación y la menstruación.
- Dificultad para quedarte embarazada o abortar durante las primeras semanas de embarazo.
ANÁLISIS DE SANGRE
Pide un análisis de la FSH y la LH el cuarto día después del primer sangrado menstrual y comprueba que la FSH es más alta que la LH. El cuarto día del ciclo menstrual (los últimos días del sangrado), los niveles de la FSH deben ser superiores a los de la LH para garantizar una buena estimulación del folículo que dará lugar a un cuerpo lúteo capaz de producir progesterona de forma óptima.
El pico de progesterona se produce entre el sexto y el octavo día después de la ovulación (del día 20 al 22 del ciclo menstrual). Pide un análisis de progesterona en sangre el día 21 del ciclo; deberías presentar los niveles más altos de progesterona. Si tienes ciclos menstruales cortos, puedes calcular cuántos días pasan entre la ovulación y la menstruación, y solicitar la analítica en la mitad de este período.
CAUSAS DE FALTA DE PROGESTERONA
En la mitad del ciclo menstrual, el folículo libera el óvulo (ovulación) y se forma el cuerpo lúteo, en el que se produce la progesterona durante la segunda mitad del ciclo menstrual. Por lo tanto, todos los procesos que afectan a la maduración del folículo pueden dar lugar a un cuerpo lúteo incapaz de producir suficiente progesterona. Las principales causas de los problemas de maduración del folículo que conllevan un déficit de progesterona son:
- Estrés energético: las mujeres que han experimentado una pérdida importante de peso en los últimos meses o que practican deporte de alta competición pueden presentar un déficit de progesterona como consecuencia del estrés energético.
- Estrés emocional: la supervivencia es más importante que la reproducción. Aquellas mujeres que han tenido o tienen mucho estrés y experimentan los síntomas descritos anteriormente pueden sospechar que el sufrimiento emocional es la causa de su falta de progesterona.
- Hipotiroidismo: este desorden endocrino es una de las principales causas de falta de progesterona. Las mujeres que tienen el cabello y las uñas débiles, siempre tienen frío, se les adormecen las manos y/o los pies durante la noche, sufren calambres en las piernas, se sienten cansadas, etcétera, deberían visitar a un médico de medicina integrativa o a un endocrino para descartar los problemas de tiroides.
- Hiperprolactinemia: la prolactina es la hormona responsable de la producción de leche durante la lactancia. A veces, esta hormona puede hallarse desequilibrada y provocar falta de progesterona. La galactorrea (producción de leche), la sensibilidad en los pezones, el dolor en las mamas y la labilidad emocional son algunos síntomas que pueden evidenciar un nivel elevado de prolactina.
- Síndrome de ovarios poliquísticos: es el desorden endocrino más común entre las mujeres en edad fértil y puede ser la causa de la falta de progesterona. El hirsutismo, el acné, la alopecia o la presencia de quistes en los ovarios pueden indicar al ginecólogo que existe este problema endocrino.
Desgraciadamente, muchas mujeres tienen falta de progesterona sin sufrir ninguno de estos cinco trastornos. En estos casos, resulta importante considerar aspectos relacionados con el estilo de vida para mejorar la función del cuerpo lúteo y garantizar una óptima producción de progesterona.
COSAS A TENER EN CUENTA
El colesterol interviene en la fabricación de progesterona. El colesterol no es el demonio, no. La falta del mismo puede provocar un desastre hormonal, aunque su exceso tampoco es bueno. Revisa el colesterol y mantenlo entre 170 y 220.
Potenciar la circulación sanguínea: durante la fase lútea, el cuerpo lúteo se convierte en el órgano endocrino mejor irrigado del cuerpo. Estimular la circulación es una de las intervenciones demostradas científicamente para mejorar la producción de progesterona. Te recomiendo la ingesta de alimentos o suplementos que favorezcan una mayor producción de óxido nítrico (NO), un gran vasodilatador, además de alimentos protectores de la pared vascular que garanticen una irrigación óptima del cuerpo lúteo.
L-arginina y L-citrulina: estos dos aminoácidos son muy importantes para la síntesis de NO. Los alimentos con un alto contenido de estos dos aminoácidos son la sandía, el salmón salvaje, las gambas, la carne de animales criados en libertad, los guisantes, las lentejas, las semillas de lino, de chía, de sésamo y de cáñamo, y los frutos secos.
Nitratos: la remolacha es la reina de los vegetales para estimular la producción de óxido nítrico, también en forma de zumo. Otros alimentos óptimos son las fresas, las frambuesas, la zanahoria, las espinacas, el brócoli y la col rizada. Tomar medio vaso de remolacha al día es una forma sencilla y muy recomendable para mejorar la circulación del cuerpo lúteo.
Los radicales libres y el exceso de homocisteína son responsables de la menor producción de NO, lo que bloqueará el efecto vasodilatador y afectará el ciclo menstrual y las patologías cardiovasculares. Las mujeres con ovarios poliquísticos y las gestantes hipertensas (preeclampsia) suelen presentar niveles más elevados de homocisteína, más estrés oxidativo y niveles inferiores de NO. La suplementación con 1.200 mg/día de N-acetilcisteína (NAC) y 1.600 mg/día de L-arginina durante seis meses mejora la sensibilidad a la insulina, el estrés oxidativo y la homocisteína, de manera que se restaura la función de los ovarios y se recupera el equilibrio hormonal.
Otros alimentos que mejoran la salud de la pared vascular son el chocolate negro con un alto contenido de cacao, la uva con sus semillas, el ajo (¡especialmente interesante!) y la cebolla (sobre todo la amarilla y la roja), así como otros alliums. Las cebollas, los ajos y los puerros contienen compuestos anticancerígenos como la quercetina, que ayuda a incrementar el óxido nítrico, las antocianidinas y los compuestos organosulfurados.
El contacto de los rayos de sol con nuestra piel favorece la producción de vitamina D, pero, además, hace que la piel fabrique NO de forma inmediata.
El ejercicio físico estimula la fabricación de citoquinas (inmunomensajeros), la reducción del número de monocitos y de inflamaciones en nuestro cuerpo, y aumenta la capacidad de quemar grasas (lipólisis). Estudios recientes indican que el ejercicio físico puede incrementar la fabricación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) y la circulación sanguínea que tanto necesita el cuerpo lúteo durante la fase lútea. También mejora la capacidad para regenerar las células endoteliales tras una lesión, reduce las moléculas de adhesión, la migración de leucocitos y la inflamación local.
SUPLEMENTACIÓN
- Vitamina C (ácido ascórbico): el consumo insuficiente de vitamina C conlleva la aparición de radicales libres (ROS), los cuales inhiben la acción de la LH y provocan una producción menor de óxido nítrico; esto hará que la vascularización del cuerpo lúteo empeore, e impida la fabricación normal de progesterona. Una dosis de 750 mg/día de vitamina C reduce la FSH, aumenta los niveles de progesterona un 77 % y el grosor del endometrio, y mejora la fertilidad en tres meses.
- Vitamina E: tomar 600 mg de vitamina E aumenta la progesterona un 67 % e incrementa el grosor del endometrio. Junto con la vitamina A, mejora también el acné.
- L-arginina: una dosis de 6 g/día aumenta la progesterona un 71 %. Y junto con los 600 mg/día de vitamina E incrementa el grosor del endometrio y la circulación sanguínea de la arteria radial.
- Vitamina B6: tomar entre 50 y 100 mg/día de vitamina B6 puede ayudar a mejorar el síndrome premenstrual en mujeres que siguen una dieta pobre en frutas y verduras e ingieren demasiados lácteos y azúcares refinados, ya que reduce los estrógenos y aumenta la progesterona.
- Cimicifuga racemosa (cohosh negro): tomar 120 mg de esta planta desde el primer día del ciclo menstrual hasta el día 12 estimula la maduración del folículo, aumenta la progesterona de la fase lútea y mejora la fertilidad. Está especialmente indicada para las mujeres que presentan déficits de progesterona y menstruaciones poco abundantes.
- Vitex agnus-castus (170 mg de 6:1 de extracto de Vitex): el Dismegyn contiene 4 mg de extracto seco de frutos de Vitex agnus-castus, y una cápsula al día te ayudará a prolongar la fase lútea, sobre todo si la falta de progesterona va acompañada de sensibilidad en las mamas y los pezones.
- El Zinc favorece la unión de la progesterona con sus receptores del endometrio. Son alimentos ricos en zinc las semillas de calabaza (una cucharada al día puede ayudar a recuperar los niveles de zinc), el marisco y las carnes blancas de calidad.
- Omega-3: un estudio publicado en febrero de 2016 en la revista American Journal of Clinical Nutrition concluye que las grasas que comemos son importantes para el equilibrio hormonal, que los ácidos grasos omega-3 procedentes de alimentos del mar incrementan los niveles de progesterona y que un mayor consumo de grasas omega-6 y omega-3 aumenta ligeramente la testosterona. El estudio también revela que las grasas trans (bollería, fritos, etcétera) se asocian con la endometriosis y la infertilidad. Para aumentar los niveles de progesterona y disminuir el riesgo de amenorrea o de sufrir infertilidad, es necesario un aporte suficiente de ácido docosapentaenoico (DPA, según sus siglas en inglés). El DPA es un ácido graso omega-3 derivado del ácido eicosapentaenoico (EPA, según sus siglas en inglés) que hallamos en el pescado (sardina en salazón, sardinas, salmón de Alaska, caballa), la carne de las focas y de animales alimentados con hierba, el marisco, las algas marinas y la leche materna. Este ácido graso se encuentra en abundancia en diferentes tejidos de nuestro cuerpo, como el hígado, el corazón, el músculo esquelético y los riñones. El DPA, además de mejorar los niveles de progesterona, aporta otros beneficios: es un gran protector cardiovascular y tiene un efecto antiaterogénico, mejora la proliferación y la migración de las células endoteliales para cicatrizar heridas, controla el mecanismo de metástasis de células tumorales, reduce los triglicéridos y la inflamación de los vasos sanguíneos, previniendo así la formación de las placas de ateromas, los infartos de miocardio y otras enfermedades cardiovasculares. El DPA es diez veces más eficaz que el EPA en dichas patologías.
- Antioxidantes: se ha demostrado que la acumulación de radicales libres en el cuerpo lúteo reduce la producción de progesterona. Seguir una alimentación rica en fruta y verdura es imprescindible para favorecer una producción óptima de progesterona.