La Kinesiologia aplicada, que hay que diferenciarla de la kinesiología convencional (esta última estudia el movimiento del cuerpo humano), es una disciplina que entiende que existe relación entre debilidad muscular y algún tipo de daño o mal funcionamiento de los órganos. Por ejemplo, si padeces sinusitis, dicha enfermedad se verá reflejada en el músculo flexor correspondiente de tu cuello. En las próximas líneas explicaremos más detenidamente qué es y cómo funciona.
Descubriendo la kinesiología aplicada
Nuestro cuerpo refleja lo que nos ocurre, no solo a nivel físico, sino también a nivel mental. Cuando estás estresado, por ejemplo, tensas determinados músculos de tu cuerpo, con lo cual, todo ello desemboca en dolores en diferentes partes de nuestro cuerpo. Por otro lado, los desequilibrios energéticos también influyen, entre ellos podemos destacar los desajustes en el flujo sanguíneo, sistema linfático o daños en los nervios.
A su vez, la musculatura débil retroalimenta dichos desequilibrios, por lo que entramos en un círculo vicioso del que es conveniente salir.
Para ello, utilizamos lo que denominamos una prueba manual. Esta prueba es un procedimiento diagnóstico que consiste básicamente en ejercer presión en diferentes partes del cuerpo y observar si el paciente es capaz de resistir tal presión. Por ejemplo, el médico puede empujar tu brazo hacia abajo y tú debes intentar empujarlo hacia arriba. Si eres capaz de soportar esta presión, el músculo estará bien. Si no, es indicativo de algún tipo de daño.
Es un prueba totalmente indolora; para hacer el diagnóstico se utilizará junto con la historia clínica del paciente. Una vez diagnosticado el problema, se te prescribirá un tratamiento que puede incluir diferentes prácticas, como procedimientos quiroprácticos o pautas nutricionales.
Como ves, se trata de un sistema que utiliza prácticas nada invasivas y cuya visión holística te ayudará a mantener tu cuerpo en armonía, ya que toma en consideración todos aquellos aspectos que pueden afectarlo.