CARTA DE LIBERACIÓN EMOCIONAL
Para realizar este protocolo, recomiendo que alguien haga de acompañante para así ir guiando a la persona en este proceso. Seguramente, al cabo de varias prácticas podrá realizarlo sólo.
Ten a mano lápiz y papel.
Busca un lugar tranquilo. Si el sitio está relacionado con la persona a quien va dirigida la carta mucho mejor. Caso con- trario busca otro espacio donde puedas relajarte y sepas que estarás solo y que nadie te va a interrumpir.
Después de calmar tu respiración, cierra los ojos y visualiza a aquella persona con que tienes que hacer el corte emocional y déjate llevar por todas esas sensaciones evitando hacer juicio alguno.
Pregúntate:
¿Qué piensas de esta persona?
Tomate tu tiempo y verbalízalo en voz alta.
¿Qué sientes?
Lo mismo que en el caso anterior, verbalízalo en voz alta. Aquí no busques emociones, solo tus sentimientos. Recuerda que estado físico y/o espiritual propio.
¿Qué emoción te produce observarlo?
Verbaliza esa emoción. Puede ser tristeza, rabia, odio,….. los sentimientos son conscientes es el resultado de una emoción, a través del cual la persona manifestara un
Continúa con los ojos cerrado. Relaja tu respiración, tranquiliza tu mente. Cuando hayas logrado calmar tu mente, visualiza como es o ha sido la vida de esa persona:
¿Qué situaciones difíciles ha vivido o vive?
¿Cuál pudo haber sido el motivo para llegar a tratarte de esta manera?
Ya eres consciente de que, su trato o manera de actuar hacia tu persona, se debe a que es su programa.
Lamentablemente uno por sus creencias y programas se lo hace propio. Abre tus ojos, y comienza a escribir dirigiéndote a esa persona como lo haces habitualmente.
Expresa tu comprensión y reconoce que su trato hacia ti se debe a su historia vivida. Pon detalles de lo que sepas que ha sufrido.
Ahora deberás pedirte perdón por habértelo creído, hecho propio, una historia que no te pertenecía y era expresada por un ser que heredaba estos programas, igual que tu llevas tus propios programas han hecho que repares esa historia.
Tómate un instante para visualizarlo nuevamente y continúa escribiendo diciéndole:
“Perdóname por sentir estas emociones de rabia, odio, ira… cuando estoy junto a ti. Por lo tanto yo te perdono, te libero y me libero porque esta historia no nos pertenece.”
Para terminar deberás leer en voz alta todo lo escrito.
Se recomienda que este tipo de lectura de la carta liberadora se realice delante de su foto, en el cementerio o donde la persona lo sienta.
Al finalizar quema la carta.
Con el paso de los días te sentirás liviano como si de una carga te hubieras liberado.
Y te sentirás bien, en paz y visualizarás a esa persona tranquila y en paz, yéndose a la luz.