LO SEMEJANTE PUEDE ATRAER A LO SEMEJANTE PERO DE UN MODO OPUESTO
Si una persona tiene problemas con las relaciones atraerás a otra que también los tenga. Si tienes problemas con el amor, atraerás esa otra persona que también los trae. Lo semejante atrae a lo semejante. Pero no siempre de la misma manera.
Si una persona es mandona porque sabe que le falta poder, puede que sea que su pareja sea sumisa porque teme encontrar el suyo propio.
Una pareja puede ser que tenga problemas con alguna adicción, uno puede ser que sea el adicto pero el otro es el salvador.
Si el tema que comparten es el miedo, puede que uno sea el atrevido, mientras que el otro es tímido y apenas toma decisiones si es que alguna vez toma alguna.
Cuando hay problema en una relación de pareja, uno quiere hablar y solucionarlo y otro prefiere callar y dejar que las cosas se calmen y se arreglen por si solas.
La persona más agresiva utiliza todos sus recursos para irritar a la otra y la negativa de la otra es, afrontar la situación.
Los dos piensan que es el otro el que tiene un problema y no saben cómo afrontarlo, pero lo cierto es que cada uno es perfecto para el otro en ese momento de sus vidas y en esa relación.
Distante y necesitado:
Otro ejemplo del juego al que jugamos en pareja, es el conocido como el distante y el necesitado:
Mientras muchas personas tienen problemas con el abandono, otras tantas se enfrentan a temas de control. Es bastante usual que uno se sintiera abandonado en la infancia y que el otro se sintiera demasiado controlado.
Al llegar a la edad adulta uno se convierte en el necesitado y el otro en el distante, y no es de extrañar que este tipo de personas acaben encontrándose y terminen saliendo juntas.
Aunque parezca un poco exagerado, muchos de nosotros tenemos un poco de ambos. Mientras que el abandonado, (el necesitado) suele temer que su pareja lo abandone, el que tiene problemas de control (distante), teme que la otra persona lo controle en exceso en su relación.
Como el universo une mágicamente a estos dos tipos de personas para que entre los dos sanen, la persona que se siente abandonada al final aprende a superarlo, siendo ella la que abandona. Mientras que la que tiene el problema del control ha de estar segura que nadie va a intentar controlarla.
Cuando las personas tienen problemas de control suelen convertirse en personas distantes e introvertidas, hecho que como no podría ser de otro modo, despierta el tema del abandono en su pareja. Pero lo cierto es que no están siendo controladas lo único que están siendo esclavas de su pasado y están siendo controladas por sí mismo.
Cuando estas personas discuten y se sienten controladas, suelen estar viviendo en el pasado y lo cierto es que han perdido el control pero no por su pareja, sino por su pasado.
Las personas con problemas de control se curan reconociendo su libertad y dándose cuenta de que todas sus experiencias tienen una causa y un efecto, pero que estas no se originan en su pareja. Tienen libertad absoluta para salir con otras personas y la consecuencia puede ser que su relación no se estropee.
Quizás piensen que su pareja no debería ser lo primero en su vida, pero el resultado puede ser también que ellas tampoco sean la prioridad de su pareja, cosa que tampoco les gusta nada. No les sienta muy bien.
Lo mismo le sucederá a la persona con el problema del abandono, cuando este tipo de persona se sienten abandonadas, intentan aferrarse al otro para curar su herida, lo cual a su vez despierta el problema de control de su pareja.
Cuando se encuentran en el modo abandono, también están viviendo en el pasado, si permiten que sea ese el sentimiento que predomine en la relación, por más que la otra persona intente tranquilizarlas se seguirán sintiendo abandonadas.
Estas personas distantes y necesidades son un arquetipo bastante común, la verdad es que todas las relaciones han sido perfectamente diseñadas para aportarnos nuestra sanación.
Y después de una ruptura tenemos dos opciones, o sanarnos y crecer o quedarnos estancados.
Raquel Campanales Macías