En muchas ocasiones, a pesar de estar convencidos de que queremos superar un conflicto, patología o bloqueo en cualquiera de los ámbitos de nuestra vida, inconscientemente nos resistimos a ello por diferentes motivos. Debido a esto, por mucho que invirtamos nuestra energía en sanar, no vemos los resultados esperados, sin entender cuál es la causa.
Esto nos puede llevar a sentirnos en un bucle desesperante, del cual no vemos salida, sin embargo con la Kinesiología encontramos una herramienta para identificar el problema, encontrar la pieza del puzzle que nos falta, y llevar al consciente lo inconsciente, reprogramándonos en el camino hacia la sanación.
Son múltiples los tipos de resistencias a la curación con los que nos podemos encontrar:
Un tipo de obstáculo es la llamada “Ganancia secundaria”; inconscientemente, podemos preferir estar enfermos para recibir más atención y cariño, sustento, una excusa para no atender nuestras obligaciones etc. El miedo al cambio, a salir de nuestra zona de confort, aunque sea dolorosa y limitante, también puede condicionarnos.
La creencia de que no nos merecemos algo bueno en nuestras vidas, el desconcierto de dejar de tener problemas al tratarse de una vivencia nueva, el miedo al éxito por la responsabilidad que puede conllevar, no tener “los pies en la tierra”, o incluso el miedo a morir, son otros de los casos que se pueden dar.
Otro tipo de auto sabotaje es el llamado, “Reverso o Inversión Psicológica”. Según la Psicología Energética “es un estado de alteración en el que nuestra energía provoca conductas y pensamientos opuestos a los que serían normales en esa situación de vida”, es decir, funcionamos al revés: hacemos lo que no queremos y queremos lo que no conviene a nuestro bienestar personal.
Las inversiones psicológicas nos impiden poner en práctica aquello que necesitamos para nuestro bienestar, aunque sepamos de qué se trata. Entramos en un círculo vicioso del que nos vemos incapaces de salir. Es como si estuviéramos disociados; una parte de mi ser quiere encontrarse bien, mientras que otra oculta no lo desea.
Algunos de los diferentes tipos de inversiones son:
La Inversión Masiva: afecta a todos los aspectos de la vida. Está asociada a la creencia de ser una persona desgraciada y que todo te sale mal. Esta inversión atrae situaciones y relaciones negativas, al no poder identificar las buenas. Trae depresión crónica y problemas de adicción.
La Inversión Especifica es la más común y se presenta en situaciones concretas, en las cuales una parte de nuestro ser nos dice que hagamos lo que hagamos seguiremos teniendo ese problema.
La Inversión Profunda afecta a quienes quieren cambiar pero no tienen la confianza suficiente para superar el problema o lo consideran importante en su vida.
Mediante la Kinesiología, el propio cuerpo del paciente nos indicará que hay una resistencia a la curación que está obstaculizando el camino, y la corrección específica y personalizada necesaria.
Un ejemplo de estas correcciones sería la repetición por parte del paciente de frases sanadoras que reprogramen su inconsciente: “Quiero estar sano”, “Me acepto en abundancia”, “Soy capaz”, “Todas las partes de mi ser quieren liberarse del dolor”, “Me quiero, me acepto y me amo tal y como soy”… Estas frases se repiten mientras actuamos sobre puntos específicos de Medicina Tradicional China o de Liberación Emocional, mediante golpeteo con los dedos, presión, luz, aplicación de flores de Bach, Biomagnetismo etc.
Mediante el testaje de Kinesiología y sus sencillas correcciones, en unos minutos puede aumentar nuestra voluntad, autoconfianza y, al fin y al cabo, poder para liberarnos y sanarnos, suponiendo un punto de inflexión en nuestro camino a la homeostasis y el bienestar, soltando las creencias y miedos ocultos que no nos permiten avanzar y haciéndonos más libres.
Argia Zarandona